Los principios que han de seguirse en el tratamiento de cualquier tumor facial, tanto benigno como maligno, son la resección completa y adecuada del tumor, la preservación de la función de las estructuras afectadas y la reparación, inmediata o diferida, de los defectos ocasionados por el tratamiento.
Resección adecuada del tumor: La resección será amplia -con eliminación completa de la lesión- y debe comprender los márgenes de seguridad quirúrgicos adecuados según el tipo de tumor.
Denominamos margen de seguridad a la extensión quirúrgica de tejido aparentemente libre de tumor que incluimos en la resección del mismo. Se encuentra basado en estudios realizados a nivel
mundial y es específico para cada tipo histológico del tumor, también depende de su estadio de evolución y de su localización. Los márgenes de seguridad recomendados para la extensión de la
resección pueden variar de unos milímetros a varios centímetros.
Los métodos tradicionales de tratamiento de los tumores faciales incluyen, principalmente, el uso de la extirpación con bisturí o resección simple, microcirugía de Mohs o extirpación
controlada al microscopio, criocirugía, electrocoagulación, electrodesecación o resección con electrobisturí, ablación con Láser, radioterapia y quimioterapia.
La resección quirúrgica con bisturí es el método más utilizado por nosotros y el que consideramos más recomendable, aunque cada caso exige una valoración individual. Este tipo de tratamiento nos permite identificar el tipo de tumor y la comprobación mediante el estudio anatomopatológico de la lesión (el cual debe ser realizado SIEMPRE por un DERMATOPATÓLOGO entrenado) tanto preoperatorio como en el postoperatorio para asegurar y demostrar que los márgenes están libres de tumor.