La crioterapia consiste en el tratamiento de lesiones de piel superficiales mediante el uso de nitrógeno líquido. El nitrógeno líquido que se emplea está a una temperatura muy baja (-196 C) por lo que al aplicarlo produce el efecto de una quemadura pero en lugar de emplear calor se utiliza frío.
Se aplica en forma de spray durante varios segundos en la zona a tratar y generalmente se repite la operación al cabo de un par de minutos.
El procedimiento genera una sensación de quemazón y/o escozor que en ocasiones puede llegar a ser dolorosa, en particular si se aplica en la punta de los dedos o en determinadas regiones de la cara como la nariz.
Una vez realizado el tratamiento se le recomendará que utilice una crema antibacteriana o líquido antiséptico para evitar posibles infecciones ya que la zona se inflamará durante las primeras horas/días tras el procedimiento.