Texto original escrito por Dra. Iliana López Zaragoza.
Comúnmente se conoce como exfoliación a la práctica de utilizar una sustancia líquida o sólida, que contenga pequeños “cristales o arenas” con el fin de eliminar las células muertas de la piel.
¿Sabes cuáles son los beneficios y los riesgos de realizar éste ejercicio de limpieza regularmente?
Si incluyes geles, cremas o jabones exfoliantes en la rutina de limpieza de tu piel, es muy probable que tengas la sensación de que ésta se vuelve más firme y suave. Esto se debe a que los
materiales abrasivos en estos productos, consiguen eliminar una importante cantidad de la grasa natural que la piel produce. Como resultado, la piel se siente tensa y puede dar la impresión de
estar más limpia de lo normal.
Pero los exfoliantes no dermatológicos o en algunos de los casos, lo de tipo casero pueden causar daños a la piel como irritación, descamación, excoriaciones y desarrollo de lesiones de acné.
Utilizar abrasivos NO ES NECESARIO para que las células muertas se caigan y nuevas aparezcan en su lugar. Los procesos naturales de la piel eliminan las células muertas diariamente y las
reemplazan con nuevas.
¿Deseas mantener tu piel libre de impurezas, mejorar la textura de tu piel y promover los procesos naturales de generación de colágeno y elastina? Para lograr esos objetivos de forma eficaz,
existen diversos tratamientos y procedimientos dermatológicos que se prescriben y que deben recibir un seguimiento por especialistas.
Recuerda que la apariencia de tu piel depende de su salud. ¡No la lastimes; infórmate y dale los cuidados que merece para que siempre luzcas espectacular!!!
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