Texto original escrito por Dra. Iliana López Zaragoza.
Los diferentes tonos de piel que existen, influyen directamente en la capacidad de cada persona para asimilar la radiación solar; esto se conoce como fototipo.
En 1975, Thomas Fitzpatrick, dermatólogo de la Universidad de Harvard, desarrolló un sistema de clasificación de los fototipos. Fitzpatrick estudió las diferencias que hay entre los diferentes
tonos de piel y los clasificó en 6 tipos.
Tipo I: Piel muy blanca, extremadamente sensible, siempre se quema, nunca se broncea. En este
grupo están las personas comúnmente conocidas como albinos y los pelirrojos.
Tipo II: Piel blanca muy sensible al sol, que se quema con facilidad y se broncea mínimamente.
Tipo III: Piel no tan clara, sensible al sol. Puede lograr broncearse lentamente, aunque llega a
quemarse con cierta facilidad.
Tipo IV: Piel sensible al sol. No se quema con facilidad y generalmente se broncea de forma
moderada. Este tipo de piel es muy propensa a mancharse.
Tipo V: Piel no tan sensible al sol. No tiende a quemarse fácilmente y se broncea con
facilidad.
Tipo VI: Piel con menor sensibilidad a los rayos solares. Se quema más difícilmente debido a su
alta pigmentación.
El conocer tu tipo de piel puede ayudarte a escoger productos y otros cuidados para mantenerla sana y con apariencia juvenil. ¿Cuál es el tuyo?
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